viernes, 8 de septiembre de 2023

Carlos Vallejo



Carlos Vallejo nació en Mendoza en 1967. Se graduó de abogado en la Universidad Nacional de Córdoba. En 1984 obtuvo el Premio a la Literatura Juvenil Latinoamericana (Fundación Givré, Buenos Aires). En 1985, ganó el Primer Certamen Provincial de Poesía (Provincia de Mendoza).  En 1990 recibió el Premio Arte Joven de Mendoza. En 1991 fue ganador, entre miles de trabajos, de la Nueva Bienal de Arte Joven de la Ciudad de Buenos Aires. En 1992 fue premiado con el mayor premio de la Región Cuyana, el Certamen Literario Vendimia, que obtuvo nuevamente en el año 2000. 
En 1993 recibió el premio Aleph. Fue uno de los miembros del grupo Las Malas Lenguas, referente indiscutido de las nuevas generaciones literarias mendocinas. En 1987 publicó el libro Amores Insepultos, en 1998 el libro Postal en movimiento y en el año 2008 el libro El vientre que danza
Sus trabajos han sido publicados en numerosas revistas y diarios argentinos y extranjeros.
También participó en las antologías Arte Joven 90, El ins/dulto y el libro de texto Las provincias y su literatura: Mendoza. En julio del año 2000, fue elegido por escritores de todo el mundo, para cerrar el encuentro internacional de escritores que se realiza todos los años en Santiago de Cuba. En el año 2016 sus trabajos fueron publicados en la Antología Federal de Poesía, Región Cuyo Andino.




6

Su madre murió con la tristeza de los barcos anclados.
El mismo signo atraviesa su vientre.
Todos los días abreva en el mismo pantano,
pero se aferra al pulso porque no cree en la resurrección de los gusanos.
La verdad es una máscara bifronte.
Ya dejó de ser niño. Pero un día despertará 
y se irá galopando en un dragón de plata.



8

Había transitado innumerables vidas cuando se abrió el relámpago.
Vio la mísera mueca repetida cuyo cordón de cal enlaza
el cuello de los monitos parlanchines.
Entendió que el silencio es una alegoría de todos los idiomas.
No fue más sabio. Pero al menos encontró una certeza:
-Cada hombre es una constelación que se traza en los ojos
de los guardianes del infierno-. Y eso es una mentira.



58

Cuando llegó el sol a su conciencia
estaba urdiendo un árbol sin raíces.
Bonita especie, con brazos musculosos 
y savia en abundancia, en un suelo de fango.
Alrededor, miles de objetos se diluyen
porque el brillo es efímero como el motor de las luciérnagas.
La niebla es leve. La luz un sitio sin retorno.

(de El corazón de los espejos)

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