viernes, 8 de septiembre de 2023

Sofía Luz Bordallo




Poeta, recitadora, fotógrafa y estudiante de la Universidad Nacional de Cuyo. Nace un 11 de febrero de 2002 en el departamento de San Martín de Mendoza. En su trayectoria literaria, bajo el seudónimo Kissa Sonnen Blume, cuenta con cinco poemarios, llamados: Poemas de un amor benévolo, paciente y desesperado (2022), Ebullición implosionada (2022), Palabrerío (2022), Crónicas de tankas sonámbulos (2023), Pieza faltante (2023), de los cuales solo ha logrado publicar el primero en formato físico. Es organizadora desde noviembre del 2022 del slam poético que se realiza en la Galería Dorothée, San Martín, Mendoza. Actualmente, estudia Licenciatura en Letras en la Universidad de Cuyo, escribe su sexto libro y sigue desempeñándose como fotógrafa y como organizadora del slam poético.



MI HOGAR

Estoy recostada sobre una cama de madera
puedo sentir una de las tablas atentar contra mi columna vertebral.
Me abriga un cubrecama grueso de moho fresco suave.

Sobre el pelo tengo una corona de arañas patonas
que me han hecho compañía toda la noche.

Mi cuerpo revive y se recompone.
Procuro empezar con el pie derecho y me deslizo
por toda una pasarela de verde pasto húmedo.

Hay quienes creen que esta casa no es una casa
que es un baldío, un hábitat salvaje,
pero esta casa es mi casa.

Las paredes craqueadas gritado por lija y pintura
son similares a mis huesos entumecidos.
Su color amarillento es similar al calcio de mis dientes.

La humedad, goteras y hongos de cada esquina
son similares a mis cicatrices, a mi benevolencia, a mi verdad.

Esta casa tiene vidrios empañados, trizados y rotos,
como todos los corazones que he conocido.
El techo se voló, o lo quitaron, o lo robaron
al igual que mi historia.

Creo sentir a veces que esta casa vibra
y sé que está llorando, porque ésta es mi casa.

No tiene muebles nuevos, ni siquiera limpios.
La poca vasija que almacena está usada
y con múltiples películas de polvo similares a mis ideas.
Yo sé que mi casa sufre
y yo sufro con ella.

De cemento son los pisos, donde caminás tropezás,
es como si no lo hiciera a propósito, pero igual te lastima.
Me lastima y yo siento lástima
porque esta casa es mi casa, es mi hogar.

Tiene las cañerías tapadas y los oídos bien abiertos,
la boca cerrada y los ojos muy atentos.

Cada perilla o engranaje está distribuido,
de manera casi perfecta, creando señales, acertijos
que hacen de esta casa mi casa.
Nadie puede ver a esta casa por su esencia real,
solo yo soy la afortunada.

La casa susurra secretos que nadie oye,
solo yo soy la afortunada.

Huele a querosén y queso cheddar,
pero a veces huele a pétalos jóvenes de jazmín
y nadie puede olerla, solo yo soy la afortunada.

Respira por pulmones chamuscados
y su corazón y el mío laten al unísono.

Formo parte de la casa hace años.
Yo soy la cama, las paredes, el techo, los vidrios,
el cemento, las cañerías, los oídos, la boca, los ojos.
Yo soy la esencia real, el querosén y quien respira.

Esta casa es mía, desde hace años, desde hace décadas
desde que el alba se hizo ocaso
desde que el día es solo noche,
desde que la noche desapareció.



LOS DETALLES DEL DIABLO

“Donde no cabe ni el diablo,
se mete una vieja”
(Dicho popular)


Desde muy chiquita
mi abuela siempre repetía
refranes sobre el diablo.

Cada vez que detectaba uno en alguna revista
lo anotaba en una pequeña libreta,
con su tapa llena de estampitas
de la Virgen María.

Hay que estar muy atenta me decía,
de manera empalagosa y confiable:
“Mi vida, mi amor, niñita,
el diablo está en los detalles".

Yo no la entendía.
A una nena de 5 años
los refranes le parecen
simplemente groserías.

"Cuando se reúnen los aduladores,
el demonio sale a comer".
Me conociste por sorpresa.
Rodeado de tus amigos cual bandidos
decidiste arruinarle la vida a una de tus presas.

"Cuando el diablo habla, licencia tiene de Dios".
Dos gotas de miel madre
y caí en tus encantos,
no importaba que afuera lloviera a cántaros.
Me devoraste el alma
y aún así pensé que adentro, resguardada,
era donde más segura estaba.

"Dios hizo el besar, y el diablo todo lo demás".
Si pudiera volver al pasado
nunca habría bailado con el diablo,
quiero mi niñez de vuelta.
Debería haberlo prevenido,
algo debería habérmelo anunciado.

“Los años pasan, el diablo es el mismo”.
El sismo del tiempo
voló todos mis recuerdos,
pero regresarán como ráfagas
para martillar el pecado
de un cuerpo confiado y estancado.

“A la mujer que bebe que el diablo se la lleve”.
La culpa mezclada con el asco
prepararon el mejor cóctel embriagante de razón,
tanto que he deambulado por años
en un mar de caos y exacerbación.

"Donde el diablo puso la mano, huella queda para rato".
Crecí tan rápido
que no me dio tiempo de cerrar la herida
y palpitantes en mi pecho
los ecos del pasado me impiden dormir
y vivir.

“El diablo nunca duerme,
pero se hace el dormido cuando le conviene”.
Peleo con tu fantasma alrededor de mi cama,
estoy por darle fin a la batalla.
Ojalá Dios le dé descanso a mi alma.
Tu recuerdo siempre se sentirá como balas.

"Bien sabe el diablo a quien se le parece".
¿No era yo parte de aquel embrujo
que al estar al lado tuyo
me volví una peor versión de vos?

"Cuando Dios se hizo hombre
ya el diablo se había hecho mujer".
Silencio.
Pestañeo rápido.
Temblando miro mis manos
llenas de
tu sangre.
Y si el diablo está en los detalles,
y si bien sabe el diablo a quien se le parece,
y si el diablo se hizo mujer,
será que por tonto tomó el diablo al otro diablo
y se fue al infierno sin él.

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